¿Alguna vez te has planteado quién eres tú en realidad? ¿Te has preguntado qué camino querer seguir en tu vida? Muchas veces no resulta tan fácil identificar nuestra identidad, encontrar un objetivo que nos inspire y direccione hacia donde queremos ir. Para ello, es necesario profundizar y encontrar la motivación suficiente para encontrar un propósito que dote a la vida de un significado real.
La crisis de identidad es un problema que muchas personas enfrentan todos los días, y encontrar una solución es el primer paso para poder sanar el dolor emocional que esto conlleva.
Índice
¿Qué es la crisis de identidad?
Es un periodo de confusión, duda y sufrimiento emocional en el que la persona no se siente plenamente satisfecha con la vida que lleva, la identidad que presenta al mundo o los papeles que interpreta. A menudo, esto está relacionado con el hecho de que siente que no encaja en los estándares impuestos por la sociedad, o que no logra desarrollar una identidad propia. Tan profunda es la crisis de identidad, que muchas veces la persona no sabe bien quién es realmente, sintiéndose vacía y desesperanzada. Si bien no todas las personas pasan por una crisis de identidad, el hecho de tenerla no significa necesariamente que habrá que sufrir de la misma el resto de la vida.
La clave para superar la crisis de identidad es entenderse profundamente a uno mismo. Esto significa conocer no solo los intereses, habilidades y fortalezas individuales, sino también la capacidad de reconocer las debilidades y aceptar su propia imperfección. Escuchar y validar sus propios sentimientos es también un paso importante para descubrir su verdadera identidad, así como dejar de lado los juicios sobre sí mismo. Naturalmente, un buen conocimiento de uno mismo toma tiempo, esfuerzo e incluso pruebas y errores, pero es una clave para salir de la crisis y comenzar a cumplir con el propósito de la vida.
Una buena autoestima como parte de la solución
Creer en uno mismo es un mandamiento previo para salir de la crisis de identidad. Esto significa tanto abrazar las cualidades y situaciones de la vida como aceptar los propios defectos, y especialmente aprender a no compararse con los demás. Construir una autoestima sana va a permitir no solo ver la propia realidad interior, sino también abrirse a nuevas oportunidades en la vida
La autoestima sigue siendo uno de los mejores recursos para lidiar con la crisis de identidad. El autocuidado es fundamental para la construcción de confianza en uno mismo y la eliminación de las críticas autoimpuestas. Influenciarse uno mismo con frases positivas, sentirse valorado por el entorno, cuidar tanto tu físico como existencia emocional, son algunas de las estrategias para construir la necesaria autoestima.
Hacer cosas nuevas para descubrir quién eres
Probar cosas nuevas es como una manera de ensayo y error que te ayudará a descubrir el verdadero yo. Esto significa permitirte entrar en nuevos terrenos, donde podrás experimentar cosas nuevas y divertidas que tal vez no conocías de ti mismo. Esto es especialmente útil para salir de la zona de confort y descubrir cómo se desempeña en otros ámbitos.
Si se quiere encontrar un equilibrio saludable, la capacidad de poner límites a los demás es una habilidad importante a desarrollar. Esto implica distinguir entre tu realidad y la de los demás, para poder así evitar cualquier influencia externa y manipulación. En la medida que vayas aprendiendo a generar esos límites, vas a ser capaz de descubrir quién realmente eres.
Sin miedo a la soledad
Otro factor que quizás impida el descubrimiento de la verdadera identidad es el pensamiento de que el estar solo es malo. Minimizar el tiempo solo te impedirá conectarte consigo mismo y esto no te ayudará a encontrar respuesta a la pregunta “¿quién soy?” Para evitar el apego desmedido hacia los demás, es necesario disfrutar de la soledad y sacarle provecho para desarrollar la creatividad e introspección para conocerse con mayor profundidad.
Una vez se desarrolle una autoestima sana, se descubra el verdadero yo y se valore el tiempo de soledad, es el momento de buscar el nuevo propósito. Una perspectiva cambiada sobre el yo, con la capacidad para identificar la propia identidad, debe llevar a la persona a encontrar una visión que rinda propósito para su nuevo estilo de vida. Esto traerá consigo nuevas amistades, actividades y perspectivas, que deberían basarse en el reconocimiento de las propias prioridades.
Aprendiendo a abrazar la vulnerabilidad
Cada vez que se trata de hacer algo nuevo, hay cierto nivel de vulnerabilidad involucrado. Así como el aceptar la realidad de quién eres, es necesario también entender la vulnerabilidad que ello conlleva. Descubrir más sobre uno mismo añadirá nuevos sentimientos, ya sean buenos o malos. Estos ultrasensibles sentimientos deben ser tratados con respeto y comprensión, porque son los que le dan a la identidad la sensación de ser única.
La mejor fuente de información y orientación que uno puede tener es a sí mismo. Esto significa escuchar la voz interior y las señales que envían las emociones para encontrar la dirección correcta de la vida. Solo así el individuo puede encontrar la inspiración necesaria para llevar el camino propio y poder vivir en sociedad.
Un ambiente saludable como reto
Encontrar el propósito en la vida implica estar rodeado de personas que desafían al individuo. Estas personas deben tener una mentalidad abierta, idoneidad moral y un gran nivel de compromiso. Esto permitirá al individuo crecer y seguir expandiendo la mente a nuevas posibilidades de la vida, ya que un entorno saludable inspira a seguir los sueños.
Construir una identidad propia implica estar conectado con la creatividad. Ya se trate de pintar un cuadro, escribir una canción o preparar una comida especial, atender la creatividad te permitirá conocerte mejor y encontrar las capacidades ocultas que tal vez desconocías de ti mismo.