La salud es un bien invaluable para todas las personas, pero especialmente para los mayores, ya que se enfrentan a la etapa de la vejez, lo que hace que pierdan muchas de sus capacidades físicas y puedan estar incluso en riesgo ante enfermedades o accidentes.
Por lo tanto, resulta de vital importancia que las personas mayores reciban una atención médica adecuada para cuidar de su salud y preservar la calidad de vida. Para obtener asesoramiento e información sobre cómo mejorar el cuidado de la salud en la tercera edad, esta guía le ayudará a comenzar.
Índice
1. Determinar el estado de salud
El primer paso para garantizar una atención médica ideal para las personas mayores es establecer el estado actual de salud. Esto incluye una amplia variedad de aspectos que van más allá de las visitas regulares al médico. Por ejemplo, es necesario tomar en cuenta la dieta y el estilo de vida (como el ejercicio, el sueño, la ingesta de líquidos, etc.), además de la presencia o ausencia de enfermedades crónicas o temporales.
Para determinar el estado de salud de alguien, es necesario que los pacientes mayores se sometan a algunos exámenes médicos específicos para verificar su condición, tales como un examen físico general, un examen auditivo, un electrocardiograma o un examen oftalmológico. Esto le dará información invaluable al médico respecto a condiciones comunes que afectan a los mayores tales como la artritis, la osteoporosis, la diabetes o la presión arterial alta.
Además, los pacientes mayores también deberían someterse a pruebas de cribado de cáncer para detectar problemas como el cáncer de próstata, cáncer de seno o cáncer colorrectal. Estas pruebas son especialmente importantes para ayudar a prevenir enfermedades graves.
2. Establecer un equipo de cuidado médico
Un equipo de cuidado médico compuesto por profesionales de la salud cualificados es imprescindible para proporcionar a las personas mayores el tratamiento y atención adecuada que necesitan. Esto significa que tendrán que contactar con un doctor, enfermera o profesional de otra especialidad médica para tratar cada enfermedad o afección.
La elección del profesional de la salud también dependerá de la comprensión de la condición de salud de la persona mayor. Si se trata de una enfermedad crónica, por ejemplo, es recomendable ir a un especialista. Por el contrario, cuando se trata de una dolencia temporal, un médico de cabecera generalista será adecuado.
Es importante asegurarse de que todos los miembros del equipo de cuidado médico de una persona mayor estén enterados y coordinados para garantizar la máxima efectividad y seguridad. Esto implica que todos los profesionales de la salud que atienden a la persona mayor deben tener conocimiento de la historia médica, los medicamentos, las pruebas y los procedimientos que se realizan, para asegurarse de que reciban los tratamientos adecuados.
3. Utilice los recursos ciudadanos
La buena noticia es que hay una variedad de recursos para apoyar a quienes cuidan de alguien de edad avanzada. Muchos de estos recursos son proporcionados por el gobierno local, y están destinados a comunidades, así como a familias o personas mayores. Estos recursos proporcionan asesoramiento, orientación y ayuda para acceder a la atención médica, así como a otros servicios de apoyo.
Los recursos ciudadanos como el Programa de Atención Médica para Ancianos (PAMC) ayudan a las personas mayores a tener acceso a los mejores tratamientos médicos. Esto incluye una forma de ayuda financiera para aquellos que necesitan ayuda con el pago de las facturas médicas. Otros recursos, como el Programa de Ayuda al Cuidado a Domicilio para Ancianos (PADC), les proporcionan a las personas mayores ayuda en el hogar, como ayuda para participar en actividades diarias, aseo, ayuda para desplazarse y más.
Los recursos para cuidar a los ancianos también están disponibles a través de organizaciones sin ánimo de lucro y agencias gubernamentales para ofrecer servicios a aquellas personas que no tienen otros recursos. Estos servicios pueden abarcar desde tratamientos médicos a visitas domiciliarias para compañía. Estas organizaciones proporcionan programas de ayuda para aquellos que necesitan ayuda con transporte, alojamiento, comidas y servicios de compañía, entre otros.
4. Monitorear el estado de salud de manera regular
Una vez que se ha establecido el estado de salud y se ha conformado un equipo de cuidado médico, el cuidado de la salud de los mayores debe ser monitoreado regularmente. Esto permitirá que los profesionales de la salud detecten cualquier cambio en el estado de salud antes de que se vuelva un problema serio.
Los médicos querrán que los pacientes realicen un seguimiento periódicamente, en consultas regulares o para cualquier cambio en los síntomas. Para garantizar el cuidado de salud óptimo, se aconseja a todos los pacientes que vayan a sus citas y que tomen sus medicamentos como prescrito.
Además, existen programas de seguimiento a largo plazo que se utilizan para evaluar periódicamente el estado de salud de una persona mayor. Estos programas se utilizan para ayudar a los médicos a establecer el riesgo de enfermedad, y para rastrear cualquier cambio en el estado de salud de un paciente para que puedan tomar medidas para prevenir enfermedades antes de que ocurran.
5. Educar a los cuidadores de personas de la tercera edad
La Educación y la entrega de conocimiento a los familiares y cuidadores es un paso vital para garantizar el cuidado médico óptimo para una persona mayor. Esto es especialmente importante si un miembro de la familia está encargado del cuidado directo y necesita tener un conocimiento amplio sobre las enfermedades, medicamentos y los tratamientos.
Es recomendable que los familiares y cuidadores asistan a programas de educación para personas mayores con el objetivo de mejorar su conocimiento sobre enfermedades, medicamentos, tratamientos y estilos de vida saludables. Esto les ayudará a estar mejor preparados para manejar cualquier situación o problema de salud que pudiera surgir.
También deben ser educados sobre cómo prevenir o minimizar las complicaciones y cómo ayudar a la persona mayor a seguir la rutina de cuidado de la salud. Esto puede incluir ayuda para administrar medicamentos, rutinas de ejercicios diarios, alimentación saludable y sugerencias sobre cómo comunicarse con los profesionales de la salud.