La edad avanzada puede ser un momento especialmente difícil para el cerebro humano, ya que el paso del tiempo y los cambios producidos por factores físicos, socioeconómicos y emocionales contribuyen a que personas mayores se vean enfrentadas a cuestiones relacionadas con la depresión, la ansiedad y el deterioro cognitivo. Cualquiera sea el motivo que provoque estos conflictos emocionales, es vital que los adultos mayores cuenten con la adecuada información y con los recursos necesarios para actuar para prevenir y tratar los síntomas que se presenten. Por ello, la clave para la salud mental en la tercera edad es prevenir y hacer un tratamiento temprano para enfrentar los posibles trastornos afectivos.
La depresión y la ansiedad son trastornos mentales que afectan millones de adultos mayores de todo el mundo y con frecuencia coinciden en un mismo paciente. Estas enfermedades no discriminan edades y pueden ocurrir a cualquier edad, pero con el paso de los años graves problemas emocionales como la falta de motivación para realizar tareas cotidianas, el aislamiento social, el sentimiento de soledad o un profundo cansancio son experiencias comunes en las personas mayores.
Las personas mayores suelen informar menos síntomas depresivos que adultos más jóvenes, esto se debe a que pueden ajustar su pensamiento y comportamiento a la realidad que les rodea. No obstante, si no se presta la adecuada atención, los problemas emocionales pueden persistir.
Índice
¿Cómo prevenir la depresión y la ansiedad en la tercera edad?
Es posible prevenir la depresión y la ansiedad en la tercera edad a través de diversas estrategias. El primer paso es entender que estas enfermedades no son inevitables. El estilo de vida y las actividades diarias como el ejercicio físico, la ingesta de alimentos saludables, la limitación o evitación del tabaquismo, el abuso de alcohol y el uso de drogas, el descanso adecuado, el cuidado de la salud dental y visual, un ambiente de soporte, la participación en actividades sociales, religiosas y espirituales, el desarrollo de habilidades sociales y el establecimiento de metas realizables son algunos pasos esenciales para una vejez saludable.
Otro factor importante para prevenir los síntomas de depresión y ansiedad en la tercera edad es establecer redes de apoyo. Las relaciones cercanas con los familiares y amigos pueden ayudar a sentirse conectado e incluido, al mismo tiempo que refuerzan los vínculos afectivos, lo que facilita una mayor satisfacción y motivación en la vida.
Cuando las personas mayores, familiares y amigos son conscientes del sufrimiento por el que están pasando, es mucho más probable que se busque ayuda profesional. El enfoque terapéutico adecuado, junto con el soporte de la familia y los amigos, puede ayudar a la persona mayor a sentirse comprendida, escuchada y a tener herramientas útiles para enfrentar mejor las dificultades emocionales.
¿Cómo detectar la depresión y la ansiedad en personas mayores?
Conocer los síntomas de la depresión y la ansiedad en las personas mayores es importante para prestar atención a los signos tempranos de dificultades emocionales. Muchas veces los adultos mayores tienen miedo de hablar sobre lo que les está sucediendo, simplemente porque ellos mismos tampoco entienden lo que está pasando. Pero los familiares pueden ayudar, prestar atención, ser escuchados y apoyados, y encontrar la mejor ayuda tanto profesional como brindada por el entorno.
Los principales síntomas de la depresión son tristeza, ansiedad, sensación de vacío, desesperanza, sentimientos de culpa y falta de confianza en sí mismo. Entre los síntomas de ansiedad, los más frecuentes son sensación de vacío en el estómago, preocupación excesiva, pesadillas y ataques de pánico. Además las personas mayores también pueden presentar síntomas físicos como alteraciones en el apetito, fatiga, dolores musculares, insomnio, cambios en la piel y alopecia.
¿Cómo ayudar a las personas mayores a enfrentar la depresión y la ansiedad?
Las personas mayores suelen acudir a un profesional de la salud mental para recibir tratamiento para la depresión y la ansiedad. Se debe procurar que el tratamiento sea lo más realista, liviano y exitoso posible para ello se deben tomar en consideración los intereses particulares de la persona afectada.
Ayudar a un adulto mayor afectado por la depresión o la ansiedad, involucra mucho más que prescribir un tratamiento en forma de medicamentos. Deben tomarse en cuenta también otros factores, cómo favorecer un ambiente sano y positivo, la realización de actividades físicas, el fortalecimiento de los vínculos interpersonales, el mejoramiento de los hábitos alimenticios, la adopción de nuevas habilidades y la colaboración con profesionales de la salud.
Un factor importante para ayudar en la recuperación es no presionar a la persona. Es importante respetar el ritmo de la persona y el tratamiento que recibe, así como sus necesidades y sus preferencias. Dadas las particularidades físicas, psicológicas y sociales del adulto mayor, el tratamiento debe tener un enfoque multidisciplinario para lograr los mayores resultados en términos de salud mental.
¿Qué factores contribuyen a la depresión y a la ansiedad en la tercera edad?
Aunque puede haber una predisposición genética a padecer depresión y ansiedad, muchos factores contribuyen a estos trastornos tanto en adultos mayores como en personas de cualquier edad.
Los principales factores son en primer lugar el aumento de los problemas de salud física a medida que pasan los años. Temperaturas bajas, dolores crónicos, limitaciones para desplazarse, problemas auditivos e incluso el cáncer contribuyen a la depresión. La soledad también aumenta el riesgo de depresión en las personas mayores, por lo que sería bueno generar un ambiente de aceptación y apoyo.
Los cambios socioeconómicos también contribuyen a estos problemas, como la pérdida de un trabajo, la muerte de un cónyuge, el deterioro cognitivo, los problemas económicos o la sobrecarga de trabajo. Las personas de la tercer edad también pueden sentirse solas o excluidas, por lo que este tipo de relaciones pueden provocar sentimientos de culpa, tristeza y ansiedad.
¿Cómo mejorar la calidad de vida de adultos mayores con depresión y ansiedad?
Para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores con depresión y ansiedad es importante que se priorice la realización de actividades placenteras, lo cual es un buen estabilizador emocional. La tercera edad puede ser un gran aliado a la hora de practicar actividades recreativas como la lectura, la pintura, el deporte o escuchar música.
Asimismo, se pueden proponer a los adultos mayores actividades que les permitan mejorar su salud mental de manera significativa, como realizar tareas del hogar, capear a personas necesitadas, asistir a reuniones con amigos, visitar museos y teatros, aprender un idioma, y hasta iniciarse en terapias alternativas como yoga, meditación y terapia de relajación.
Otra forma de ayudar a los adultos mayores es fomentar el desarrollo de habilidades sociales. Estas habilidades son claves para que las personas mayores se relacionen con sus semejantes y se hagan cargo de sus propios problemas.
En última instancia, los únicos factores aglutinadores para los adultos mayores son la familia y los amigos, porque son la red de soporte afectivo que les ofrecerá amor incondicional, seguridad y motivación.
¿Cómo diferenciar la depresión y la ansiedad de la apatía en las personas mayores?
Diferenciar la depresión y la ansiedad de la apatía en las personas mayores puede resultar complicado si no se cuenta con la suficiente información para evaluar los síntomas.
La depresión y la ansiedad se caracterizan por signos y síntomas como tristeza, insomnio, alteraciones en el apetito, desinterés, sentimientos de culpa, miedo, preocupación excesiva y dificultad para concentrarse. Estos problemas de salud mental a menudo se confunden con other síntomas comunes en los adultos mayores, como la apatía, el deterioro cognitivo o el síndrome de demencia.
Es importante hacer una diferenciación adecuada, para evitar la tristeza y el aislamiento carente de motivación. La apatía no es un trastorno psiquiátrico propiamente dicho. Se trata de un estado mental diferente a la depresión y a la ansiedad, en el que la persona pierde interés en sus intereses, actividades o personas queridas.
¿Cuál es el protocolo de la atención psicológica en personas mayores?
Es importante tener en cuenta que el tratamiento para la depresión y la ansiedad en adultos mayores ha de ser diferente al de los trastornos mentales en adultos jóvenes. Esto se debe a que los adultos mayores son más vulnerables a diversos factores sociales y biológicos, como el envejecimiento, la comorbilidad médica y el deterioro cognitivo.
El protocolo de la atención psicológica en personas mayores debe ser estructurado de tal manera que tenga en cuenta todos los factores mencionados, así como la sensibilidad y preferencias del adulto mayor.
En primer lugar, se debe contar con la colaboración del paciente y su familia para determinar la mejor opción de tratamiento. Esta tarea debe comenzar con una evaluación psicológica exhaustiva, en la que se presten la atención debida a los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y medioambientales que contribuyen al desarrollo de trastornos como la depresión y la ansiedad.
Una vez que se identify el diagnóstico adecuado para el paciente, se debe ajustar el tratamiento a las necesidades específicas del paciente para que se sienta acogido y motivado. Esto puede incluir la medicación, la psicoterapia, las técnicas de relajación y otros tratamientos no farmacológicos, dependiendo de la evolución del adulto mayor.