Los últimos años han destacado los beneficios de una vida social activa. Se ha demostrado que una vida social saludable mejora el bienestar general, proporcionando mayor contención emocional, contribuyendo a una mejor salud mental y física. La reducción de la enfermedad crónica, el fortalecimiento de las relaciones sociales y la mejora de la autoestima son algunos de los beneficios que los estudios han demostrado que se derivan de una vida social equilibrada.
A pesar de los innumerables beneficios para la salud de una vida social saludable, cada vez hay más personas en edad de trabajo, especialmente los jóvenes, que se alejan de sus amigos, familiares y vecinos por motivos laborales, familiares o económicos, contribuyendo a la persistente segregación socioeconómica y cultural.
Aprovechar los beneficios de la tecnología
Las redes sociales, los chats, los foros de discusión y los mensajes de correo electrónico son algunas de las formas que los adultos jóvenes utilizan para comunicarse con sus amigos y con otras personas de forma online. Estas herramientas ofrecen la oportunidad de hacer amigos nuevos y mantener el contacto con los antiguos. Además, permiten acompañar virtualmente a amigos y compañeros de trabajo con quienes normalmente no se vive cerca.
Las aplicaciones en línea de calendarios y listas de tareas también son excelentes recursos para estar al día con las obligaciones diarias y al mismo tiempo, estar al tanto de la vida social. Las aplicaciones también aumentan la productividad al eliminar el tiempo y la energía dedicados a seguir asuntos básicos.