El consumo de vino es una práctica común en todo el mundo. No solo es una bebida deliciosa, sino que también se ha demostrado que tiene algunos beneficios para la salud. Pero, ¿es cierto que todos los vinos afectan a nuestro cuerpo de la misma manera?
En este artículo, exploraremos cómo cada tipo de vino afecta a nuestro cuerpo y si hay alguna diferencia en la forma en que lo hace.
Tipos de vino
Existen diferentes tipos de vino, que se clasifican según su color, uva, proceso de elaboración y tiempo de envejecimiento.
- Vino tinto: El vino tinto se obtiene de la fermentación de uvas rojas. Suele tener un color rojo intenso y un sabor más robusto y complejo.
- Vino blanco: El vino blanco es un tipo de vino que se elabora a partir de uvas de pulpa no pigmentada o de uvas tintas donde se elimina el contacto con la piel antes de la fermentación, por lo que su color es más claro. Suele tener un sabor más ligero y fresco.
- Vino rosado o rosé: El vino rosado es un tipo de vino que se produce a partir de uvas tintas, pero se elimina el contacto con las pieles de las uvas rápidamente durante el proceso de fermentación para obtener un color rosado más suave. Tiene un sabor más afrutado y seco.
- Vino espumoso: Los vinos espumosos contienen burbujas de dióxido de carbono que se forman durante la fermentación. Ejemplos populares de vinos espumosos son el champán y el cava.