Así puede afectar a tu cuerpo que te den un susto

Los sustos son eventos que nos sacan de nuestro estado de tranquilidad y pueden provocar una serie de reacciones en nuestro cuerpo y mente. Aunque a veces puede parecer que los sustos son inofensivos, la verdad es que pueden tener efectos sorprendentemente fuertes en nuestro organismo.

En este artículo, exploraremos cómo puede afectar a nuestro cuerpo recibir un susto, desde el sistema cardiovascular hasta el sistema nervioso.

Activación del sistema nervioso simpático

Activación del sistema nervioso simpático

Cuando nos llevamos un susto, nuestro sistema nervioso simpático se activa en un instante, desencadenando una respuesta de «lucha o huída». Esta respuesta es una reacción fisiológica automática diseñada para ayudarnos a lidiar con situaciones de peligro inminente.

Cuando el sistema nervioso simpático se activa, varias respuestas ocurren simultáneamente en nuestro cuerpo. A continuación, te ampliaré más sobre los efectos de la activación del sistema nervioso simpático durante un susto:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca: El corazón comienza a latir más rápido para bombear más sangre a los músculos y órganos para preparar el cuerpo para la acción. Este aumento en la frecuencia cardíaca asegura que haya suficiente suministro de oxígeno y nutrientes para los músculos.
  • Aumento de la presión sanguínea: Como resultado de la activación del sistema nervioso simpático, los vasos sanguíneos se contraen y la presión sanguínea aumenta. Esto garantiza que haya un flujo sanguíneo adecuado hacia los músculos y el cerebro, permitiéndonos reaccionar rápidamente a la amenaza percibida.
  • Dilatación de las vías respiratorias: Para prepararnos para una posible actividad física intensa, las vías respiratorias se abren y se dilatan, permitiendo una mayor entrada y salida de aire. Esto aumenta la capacidad pulmonar y garantiza un suministro adecuado de oxígeno a los músculos y al cerebro.
  • Aumento de la sudoración: La activación del sistema nervioso simpático provoca un aumento en la producción de sudor. Sudar ayuda a regular la temperatura corporal y es un mecanismo de enfriamiento que nos prepara para el posible esfuerzo físico.
  • Tensión muscular: Durante un susto, nuestros músculos se tensan como parte de la respuesta de «lucha o huída». Esta tensión muscular aumenta nuestra fuerza y prepara nuestros músculos para una respuesta rápida y enérgica.
  • Dilatación de las pupilas: Cuando nos asustamos, nuestras pupilas pueden dilatarse para permitir que más luz entre en nuestros ojos y aumentar nuestra capacidad de detectar posibles amenazas.

Estos cambios fisiológicos ocurren rápidamente y están diseñados para preparar nuestro cuerpo para reaccionar de manera efectiva ante una situación amenazante.

Si bien esta respuesta es útil en situaciones de peligro real, cuando los sustos son frecuentes o no hay una amenaza real, la activación excesiva del sistema nervioso simpático puede tener efectos negativos en nuestra salud.

Dariana Echeto
Dariana Echeto
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