Cuando hablamos de cuidado paliativo y atención al final de la vida, estamos hablando de un tema delicado, pero de gran importancia que refleja nuestra manera de pensar sobre el bienestar de adultos mayores que están en sus últimas etapas de la vida. Se trata de un concepto médico que involucra un enfoque holístico que busca asistir a las personas que enfrentan una enfermedad crónica o al fin de su vida, brindándoles experiencias significativas en un entorno cálido y acogedor.
Es importante destacar que el cuidado paliativo abarca mucho más que las necesidades médicas y físicas de los pacientes. En la atención al final de la vida se tienen en cuenta los aspectos emocionales, espirituales e incluso familiares para garantizar que las personas se sientan seguras y sostenidas en sus últimos días. Esta competencia va más allá de prestar asistencia médica y se compone de varios elementos clave para ofrecer el mejor cuidado.
Comprensión de la situación
Es importante entender que el cuidado paliativo y la atención al final de la vida supone el reconocimiento de los sentimientos diferentes que se despliegan en este escenario tan especial. Los profesionales de la salud, familiares y amigos involucrados deben tener presente que el discurrir de los procesos no siempre es lineal y a veces hay frustración, incertidumbre, ira, miedo y un sinfín de otros sentimientos. Esto es normal y difícil de procesar, pero hay varias formas de ofrecer apoyo y comprender la situación en la zona del fin de la vida.
Uno de los recursos fundamentales son las terapias de conversación, tanto con los familiares y amigos del paciente como con el enfermo en sí. Estas facilitan un espacio seguro para hablar sobre sus temores, así como sobre la muerte, lo cual puede ser muy liberador. Además, los terapeutas ofrecen recursos y herramientas de afrontamiento para ayudar a tratar los procesos emocionales, así como la economía familiar y los temas legales.
Las terapias guiadas cuentan con la ayuda de un profesional, generalmente un psicólogo, pero también pueden llevarse a cabo espontáneamente con amigos o familiares. Puede ser una experiencia muy edificante para aquellos que participen e incluso para el paciente que enfrenta los zigzagueos emocionales del proceso de envés de la vida.