El verano es sinónimo de calor, aventuras al aire libre, protección solar, viajar a playas mágicas y disfrutar el sol, pero no hay que olvidar que los rayos ultravioleta pueden ser muy nocivos para la piel si no se toman medidas preventivas. Se estima que el cambio climático ha contribuido al aumento de los daños por la exposición excesiva a los rayos UV en la piel, sin embargo, si se toman medidas adecuadas también se puede disfrutar de las ventajas que nos ofrece el sol sin sufrir graves consecuencias en nuestra salud.
En este artículo se explica qué es el sol, cómo afecta el sol a nuestra piel, qué medidas preventivas se deben tomar para evitar quemaduras solares y cómo podemos comprometernos con nosotros mismos para disfrutar el sol de manera saludable.
Índice
Consejos para una exposición solar saludable
Es importante tener en cuenta que los rayos ultravioleta no solo se pueden absorber por la piel sino también a través de los ojos. Por lo tanto, es importante usar lentes de sol con el índice adecuado de protección solar para evitar daños a los ojos.
También es recomendable realizar chequeos piel anuales para detectar cualquier anomalía cutánea. Se recomienda, visitar a un dermatólogo al menos una vez al año para un chequeo de rutina.
Además, para aquellos que estén Fuera de su zona horaria, raras veces hay que olvidar que en contadas ocasiones hay que exponerse demasiado al sol, especialmente si se está en una zona en la que la radiación es más fuerte que en la zona de origen.
Protección solar: cómo llevar un estilo de vida saludable
La exposición solar adecuada no debe ser una tarea imposible en nuestras vidas ocupadas. El sol ofrece grandes beneficios y estamos en la obligación de nosotros mismos de tomar todas las precauciones para proteger nuestra piel y disfrutar al mismo tiempo de los beneficios que nos ofrece el sol.
Es importante establecernos un límite y planificar la exposición solar de una manera saludable. Esto significa usar protectores solares adecuados, seguir un horario para exponernos y programar chequeos dermatológicos de rutina.
Por último, hay que ser conscientes de nuestra piel. Usar correctamente un protector solar es solo una parte de mantener un estilo de vida saludable con el sol de verano, el resto está en nuestras manos. La decisión de tomar medidas preventivas para disfrutar del sol de manera responsable es la clave para conservar nuestra salud y nuestro bienestar.
Cómo ha cambiado el sol de verano en los últimos años
El aumento de la temperatura y el calentamiento global han contribuido con significativamente al aumento de los daños en la piel causados por la exposición excesiva al sol de verano. Estudios demuestran que la radiación ultravioleta a la que nos vemos expuestos hoy en día es mayor que en años pasados, lo que ha causado un aumento en el número de casos de quemaduras solares agudas y crónicas. Estamos viendo y experimentando un aumento en las enfermedades relacionadas con la exposición solar, como el cáncer de piel y la fotodermatosis.
La radiación ultravioleta (UV) tiene una profunda influencia en nuestra piel, tanto dañina como beneficiosa. Los rayos UV-A alcanzan la capa superior de la piel mientras que los rayos UV-B penetran más profundamente en la piel. Las ondas UV-A son responsable del bronceado de la piel, mientras que las UVB son las responsables de la producción de melanina que nos ayuda a protegernos del exceso de radiación.
Daños a la piel por la exposición a largo plazo al sol
Aunque una cantidad moderada de sol exposición puede tener beneficios para nuestra salud, demasiada exposición al sol de verano puede ser extremadamente dañina para nuestra piel. El exceso de exposición al sol puede conducir a condiciones cutáneas dolorosas como ampollas y quemaduras y también puede contribuir al envejecimiento y la degeneración de la piel.
Uno de los efectos a largo plazo de la exposición excesiva al sol puede ser el cáncer de piel. Se estima que el cáncer de piel es la enfermedad más comúnmente asociada con la exposición excesiva al sol. Las personas, más propensas a desarrollar cáncer de piel son aquellas con piel clara, mayores de 50 años y con exposición histórica a largo plazo al sol sin protección adecuada.
Además, el exceso de exposición al sol también puede contribuir al envejecimiento prematuro de la piel. La piel expuesta al sol de verano a largo plazo, se vuelve más fina, seca, arrugada y con líneas finas. Estos signos son un claro indicador de que nuestra piel ha sufrido los efectos a largo plazo del daño solar y pueden llevar a otras condiciones cutáneas como manchas oscuras y lunares.
Mejores prácticas para proteger la piel del sol de verano
Para protegernos del sol de verano, es importante evitar la exposición prolongada al sol de verano durante las horas más cálidas del día, es decir, entre las 10 am y las 4 pm, cuando la radiación UV es la más fuerte.
Además, se debe usar ropa adecuada, como gorros y camisetas, para evitar que nos dañemos la piel. También se deben usar lentes de sol con el filtro adecuado, es decir, al menos un índice de protección de UV 400. Estos lentes nos protegen de los rayos UV-A y UV-B dañinos.
Sin embargo, el uso de un bloqueador solar es la mejor manera de proteger la piel contra los daños causados por los rayos UV. Los factores a tener en cuenta en la compra de un protector solar adecuado son la concentración, el SPF y los miradores.
La concentración debe ser al menos del 20%. Además, el protector solar debe contener un antioxidante para combatir los radicales libres. Los protectores solares con SPF 50 o más, ofrecen una protección significativamente más alta para la piel. Los filtros solares incluyen ingredientes como el dióxido de titanio, óxido de zinc y glicerina vegetal.