El sudor te mancha debajo del brazo, todo está pegajoso y ya no hueles fresco: cuando el verano supera los 30 grados, puedes hacer lo que quieras, no hay forma de escapar del sudor. Las consecuencias son desagradables para muchas personas, ya sea por el olor o por la apariencia de la sudoración excesiva en verano.
El deporte, las temperaturas veraniegas y, a veces, incluso una mirada al reloj pueden hacer que se nos caigan rápidamente gotas de sudor en la frente. Al principio esto no está nada mal, porque es una reacción corporal completamente natural. Sin embargo, si esto ocasiona sudoración excesiva en verano y luego se extiende un olor desagradable, puede volverse extremadamente desagradable.
¿Por qué sudamos?
El sudor es una reacción natural del cuerpo. La sudoración se estimula sobre todo cuando nuestro cuerpo está «demasiado caliente» y hay que regular el equilibrio térmico. Porque el sudor ayuda a que nuestro cuerpo se enfríe y nos protege de los peligrosos sobrecalentamientos.
El esfuerzo físico, el calor o una gran excitación son las causas más comunes del aumento de la producción de sudor.
Pero otros factores también pueden promover una mayor transpiración o sudoración excesiva en verano. Estos incluyen la obesidad, las fluctuaciones hormonales, algunos medicamentos y ciertas enfermedades.
Sin embargo, la sudoración excesiva en verano también puede ser patológica y deberse a un mal funcionamiento en la producción de sudor. La llamada hiperhidrosis puede ocurrir como una enfermedad independiente (hiperhidrosis primaria) o ser un síntoma de otra enfermedad (hiperhidrosis secundaria).
Cualquier persona que sufra sudoración excesiva en verano sin razón aparente debe consultar a un médico de inmediato. Con la ayuda de algunas preguntas específicas, el médico puede reducir las causas y, si es necesario, solicitar más pruebas.
