Las recomendaciones generales de la OMS para una dieta equilibrada y variada también se aplican a la vida laboral diaria. Una dieta saludable consiste en varias porciones de frutas y verduras al día, poca azúcar y grasa y muchos cereales integrales, proteínas y fibra al comer en el trabajo.
Nutrición en el trabajo
- Si no puedes comer nada por la mañana, debes ponerte al día con el desayuno después de dos o tres horas. Por ejemplo, puedes comer algo ligero como yogur o fruta primero y luego agregar pan integral o cereal a tu desayuno.
- Cualquiera que busque frutas, palitos de vegetales o un puñado de nueces en el medio puede prevenir activamente las caídas de rendimiento.
- Cuando comes en un puesto de bocadillos o en un restaurante de comida rápida durante la hora del almuerzo, a menudo faltan nutrientes importantes. Para compensar, debes comer frutas, verduras o productos lácteos.
- No comas «sobre la marcha». Es mejor tomar un breve descanso y comer en el trabajo conscientemente.
- En casa, cocina regularmente una porción extra que puedas congelar y llevar al trabajo otro día. Los panes que puedes rellenar con verduras frescas en casa y llevar contigo también son deliciosos.
- También es importante beber lo suficiente en el trabajo. Debe ser de aproximadamente 1,5 litros al día, preferiblemente agua o té sin azúcar.