Leer en la cama es un ritual maravilloso: los estudios demuestran que solo seis minutos de lectura atenta reducen los niveles de estrés. Perfecto para iniciar un sueño tranquilo. Sin embargo, leer en la cama a menudo genera tensión, lo que a su vez deja poca relajación al día siguiente. Los siguientes consejos te dirán cómo evitar este efecto.
Leer en la cama, por supuesto, pero ¿cómo?
Para la mayoría es un proceso completamente natural: antes de irte a dormir, vuelve a abrir rápidamente el libro y tíralo sobre el colchón, apóyate en el brazo y lee unas cuantas páginas más entre las almohadas antes de que el cansancio se apodere de ti.
Alternativamente, existe la posición supina con el libro estirado hacia arriba o la posición prona igualmente extendida, en la que la vista cae en el libro desde arriba. Todas estas variantes tienen en común que provocan tensión al cabo de poco tiempo.