Los callos en los talones y las puntas de los pies normalmente sirven para proteger los pies, pero si se vuelven demasiado gruesos, pueden desgarrarse. Esto no solo se ve feo, sino que también causa dolor. Aquí puedes averiguar cómo tener unos pies suaves y sin durezas.
Dureza en los pies
Los callos engrosados se ven favorecidos por influencias externas, como demasiada presión y fricción por zapatos apretados o incómodos. Pero el polvo, el calor y el sudor también promueven la dureza de la piel al secarla.
Esto es particularmente evidente en los talones y las puntas de los pies durante los calurosos meses de verano, cuando la mayoría de las personas usan zapatos delgados como sandalias o chancletas.
Sin embargo, si las áreas queratinizadas se desgarran, las bacterias lo tienen fácil: penetran en la piel y desencadenan una inflamación dolorosa. Es aún más importante cuidar regularmente los callos, los callos y los talones agrietados eliminando los callos.
Las áreas callosas en los pies no solo son antiestéticas, sino que también pueden ser realmente dolorosas.