Las personas mayores consumen las “reservas de agua” del propio cuerpo, que ya son más bajas, mucho más rápido que los jóvenes. Muchos de ellos tienen menos sed y la deshidratación en personas mayores suele pasar desapercibida. El agua potable es el alimento más importante. Los humanos solo pueden sobrevivir de dos a cuatro días sin agua.
Los cuidadores y cuidadoras deben tener esto en cuenta y asegurarse que la persona a la que cuidan reciba suficientes líquidos. La disminución de la ingesta de líquidos conduce a la falta de agua en el cuerpo. Esto se llama deshidratación. La deshidratación posterior (exsiccosis) puede tener efectos drásticos en la salud.
¿Cómo reconoce la deshidratación en personas mayores?
Una indicación de falta de líquido es, por ejemplo, una excreción reducida de orina concentrada, en su mayoría oscura. La deshidratación en personas mayores también se indica pellizcando los pliegues de la piel con dos dedos y estos quedan después de soltarlos. Esta prueba es fácil de realizar sobre el esternón o la clavícula.
Una axila seca como el polvo también puede ser un signo de deshidratación. La sequedad de la mucosa oral es muy común en las personas mayores, pero también puede ser causada por los efectos secundarios de los llamados fármacos anticolinérgicos.
Los anticolinérgicos se encuentran en muchas preparaciones, por ejemplo en incontinencia y sedantes, neurolépticos, antidepresivos y tabletas para náuseas, dolor o alergias.