El trastorno nocturno conocido como síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) ocurre en 0.7 a 2 por ciento de todos los niños. Los síntomas varían con la edad. Además de los ronquidos y la dificultad para respirar, en los niños con trastorno nocturno SAOS se observan hiperactividad y trastornos de concentración, así como somnolencia diurna como resultado del trastorno del sueño.
Cómo afecta el trastorno nocturno apnea obstructiva del sueño
Se esperan consecuencias cardiopulmonares, deformidades torácicas y retraso del crecimiento a largo plazo. El trastorno nocturno SAOS en la infancia es causado con mayor frecuencia por hiperplasia de las amígdalas faríngeas y palatinas.
El dismorfismo craneofacial y las enfermedades subyacentes, como la enfermedad de Down, predisponen al SAOS. La aclaración diagnóstica se basa en la poligrafía cardiorrespiratoria y la polisomnografía.
Dependiendo de los hallazgos individuales, la adenotomía y/o la amigdalectomía o la terapia de presión positiva en las vías respiratorias (CPAP) están indicadas terapéuticamente. Si la terapia es resistente, los procedimientos quirúrgicos invasivos son posibles.