El término “contemplación” proviene del latín contemplari y significa “mirar” u “observar”. En general, por lo tanto, se describe mejor como «Psicología contemplativa». Un estado de ánimo contemplativo se caracteriza por un carácter tranquilo, casi meditativo y es un momento para la reflexión y el trato con los sentimientos, pensamientos y emociones.
El enfoque metodológico de la psicología contemplativa conecta Oriente y Occidente
La psicología contemplativa combina el conocimiento de nuestro trabajo terapéutico occidental, más orientado a los procesos, con el conocimiento de la psicología budista de miles de años de antigüedad sobre el funcionamiento de la mente humana.
Este conocimiento está siendo cada vez más documentado y complementado por proyectos de investigación actuales y hallazgos de la neurociencia moderna.
En el corazón de la psicología contemplativa está la certeza de que cada ser humano tiene una fuerza y una salud indestructibles que afirman la vida. Esto también es evidente en los enfermos graves en momentos de apertura, compasión y claridad mental en los que destellan la dignidad humana y la sabiduría.