¿Los perros y los gatos se odian absolutamente? Eso no es necesariamente cierto. El estereotipo que los el perro y el gato son como el fuego y el hielo todavía está muy extendido. Sin embargo, perros y gatos conviven en armonía en muchos hogares.
Si vas a dejar que un gato se mude contigo, hay algunas cosas que debes considerar de antemano. Los perros y los gatos se pueden juntar pacíficamente. Y eso no es todo: en muchos hogares, perros y gatos son inseparables. Se acicalan, se abrazan y juegan entre ellos. La preparación adecuada de sus mascotas es fundamental para este éxito.
Acostumbrar al perro al gato: Una buena preparación es la mitad de la batalla
El perro siempre ha sido el mejor amigo del hombre. Pero ahora un gato se está mudando a tu casa. ¿Es eso motivo de envidia y competencia? No si haces preparativos. Cualquiera que prepare a su perro con antelación para la llegada de su nuevo gato se ahorrará muchos problemas después.
Es una buena idea familiarizar los sentidos de tu perro con las peculiaridades del gato. Eso significa: dale a tu perro una manta que huela a tu nuevo gato. Esto permite que tu perro se acostumbre al olor.
Juega o imita sonidos de gatos. Si tu perro no conocía tales ruidos antes, los aprenderá y podrá relacionarlos con tu gato cuando se mude. Cuando combinas el olor o los sonidos de un gato con una golosina, estás adoptando el aprendizaje del condicionamiento clásico. Tu perro asocia algo positivo con el nuevo estímulo. Entonces él es abierto y amigable con tu nueva nariz peluda.