Las patatas fritas, también conocidas como papas fritas, se originaron en Bélgica en el siglo XIX. Primero fueron vendidas por vendedores ambulantes en Bélgica y Francia antes de volverse populares en los EE. UU., y Europa.
Se convirtieron en un plato de comida rápida popular en los Estados Unidos en la década de 1950 y desde entonces se han servido en restaurantes, locales de comida rápida como Burger King y comida para llevar en todo el mundo.
¿Qué patatas son las mejores para las patatas fritas?
Las patatas cerosas como Russet o Yukon Gold son las mejores para patatas fritas. Estas variedades tienen un mayor contenido de almidón y una consistencia más seca, lo que las hace ideales para hacer patatas fritas. Se vuelven crujientes y dorados cuando se fríen y mantienen su forma.
Otras variedades cerosas que también funcionan bien incluyen Linda, Princess, Kennebec, German Butterball y Shepody.
También hay variedades harinosas como Desiree, Maris Piper, King Edward, que también son buenas, sin embargo, no son tan crujientes y no mantienen su forma tan bien. También es recomendable utilizar patatas frescas y sin tratar, ya que tienen más sabor y quedan más crujientes.