¿Quién no lo ha probado? Responder correos electrónicos, hacer llamadas telefónicas, escuchar música, todo al mismo tiempo. Lo mejor es pasar el rato en Instagram al mismo tiempo. Hacer mucho a la vez y tener menos que hacer después no suena tan mal al principio, ¿verdad? Pero, ¿qué hay de la multitarea?
Sin embargo, cuando la eficiencia y el rendimiento se ven afectados por esta productividad forzada, todo puede convertirse rápidamente en su opuesto. Pero, ¿qué es exactamente lo que hace que la multitarea sea tan mala y cuáles son las consecuencias?
El mito de la multitarea
Muchas personas todavía piensan que son altamente productivas cuando realizan múltiples tareas. Estrictamente hablando, sin embargo, no es posible para los humanos, como ha demostrado la investigación del cerebro en los últimos años.
Al menos no cuando se trata de completar varias tareas exigentes al mismo tiempo. Necesitarías una especie de procesador multinúcleo para esto, pero el cerebro humano (si es que lo hace) solo puede manejar cambios rápidos entre varias tareas simples, ya que nuestro aparato de pensamiento es más comparable a un procesador de un solo núcleo.