Mucha gente quiere empezar de nuevo a principios de año y, por lo tanto, han hecho propósitos de Año Nuevo. Desde el clásico “voy a dejar de fumar” hasta alternativas más personales como “quiero llamar a mi madre una vez a la semana”, hay de todo.
Sin embargo, el camino para lograr los propósitos de Año Nuevo establecidos a veces es largo y rocoso. Querer cambiar los hábitos siempre presupone que uno tiene que estar dispuesto a hacer las concesiones correspondientes a las resoluciones. Los propósitos de Año Nuevo a menudo fallan tan pronto como la rutina diaria te alcanza de nuevo.
La experiencia ha demostrado que solo se necesitan 21 días para que el cuerpo y la psique se acostumbren a las nuevas circunstancias y procesos. Así que no aguantes ni un mes y habrás dejado atrás la peor etapa.
Date cuenta del día
Darse cuenta que el 1 de enero es sólo un día. No necesitas exactamente el día de Año Nuevo para comenzar tus propósitos de Año Nuevo.
Centrarte demasiado en ese día solo aumentará la presión sobre ti. En su lugar, elige un día en el que estés descansado, 100 % motivado y sintiéndote listo. Si este día cae el 01-01 es una buena coincidencia, pero no obligatoria.