Una enfermedad crónica tiene una variedad de consecuencias psicológicas. La carga percibida de una enfermedad crónica varía de persona a persona. Las diferencias se basan en factores de personalidad, el entorno social y los recursos y vulnerabilidades individuales.
Tener una enfermedad crónica significa perder el control, lo que desencadena estrés y provoca impotencia. Este estrés, a su vez, puede afectar negativamente el curso de la enfermedad, lo que puede generar más estrés.
¿Es necesario ir al psicólogo ante una enfermedad crónica?
El diagnóstico genera muchas inseguridades en cuanto a la propia identidad y proyectos de vida. Los afectados tienen que hacer un gran esfuerzo de adaptación para poder hacer frente a la enfermedad.
Una enfermedad crónica conduce a limitaciones percibidas y reales, cuyas consecuencias pueden ser tan desafiantes como los síntomas físicos.
Como resultado de la enfermedad, se pueden desarrollar dificultades para lidiar con el sistema de salud, problemas familiares, financieros, sociales y psicológicos. La enfermedad crónica puede cambiar tu situación profesional y hacer ajustes en tu entorno social.