La muerte de un ser querido puede desviarte del rumbo, aunque el duelo suele vivirse de diferentes maneras. Los problemas cotidianos y las pequeñas cosas por las que te desesperadas ayer, tal vez incluso por las que te enfadaste, de repente parecen triviales y pequeños.
La respuesta de duelo se inhibe, se restringe o se pospone. La depresión intensa se experimenta mucho después de la pérdida y no se siente directamente. La persona afectada puede no ser capaz de atribuir en absoluto la reacción a la pérdida original, aunque se trate de síntomas de duelo.
¿Qué es el duelo?
El duelo es una respuesta normal a la pérdida de un ser querido. Se acompaña de gran depresión, desánimo y estados de ánimo depresivos.
La forma en que se experimenta el duelo y se comunica al mundo exterior depende en gran medida de la cultura y, a menudo, está influenciada por la religión. Experimentar una amplia gama de sentimientos de desesperación, ira o incluso entumecimiento varía entre las personas y puede durar períodos de tiempo variables.
Inicialmente, el duelo no es una enfermedad. Una conversación comprensiva y cooperativa a menudo ayuda a la persona en cuestión.
Si una reacción de duelo persiste durante mucho tiempo después del evento desencadenante y la intensidad de la angustia se desvía significativamente del duelo normal, este puede ser un trastorno que requiere tratamiento. Se considera que las respuestas anormales al duelo son la incapacidad de pasar por las diversas etapas de un proceso de duelo normal.