Cuando hablamos de tener mal autoestima, la timidez extrema, el miedo irracional al fracaso, los sentimientos infundados de vergüenza y culpa: son solo algunos signos que pueden indicar una baja autoestima.
Muy poca confianza en uno mismo no es solo una carga subjetiva, sino que también aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad mental. Pequeños ejercicios diarios pueden ayudar a mejorar la confianza en uno mismo. En casos más severos, un entrenador o un psicoterapeuta pueden ayudar a superar los problemas de autoestima.
Síntomas: ¿Cómo se manifiesta la baja autoestima?
La baja autoestima puede manifestarse de diferentes maneras. Externamente, se pueden distinguir aproximadamente dos tipos diferentes.
En algunos pacientes, la falta de autoestima es fácil de detectar. Son tímidos y temerosos, a menudo hablan negativamente de sí mismos y minimizan su éxito.
- Algunos pacientes tienen logofobia (miedo a hablar) u otros trastornos de ansiedad, como la eritrofobia. Los miedos sociales conducen a la ansiedad y los ataques de pánico; a menudo van acompañados de un aislamiento social, que puede llegar incluso al aislamiento total.
- Los síntomas de la falta de confianza en uno mismo no siempre son evidentes. Algunas personas tratan de ocultar su inseguridad aparentando un exceso de confianza. A menudo se pasan de la raya y parecen arrogantes y presumidos ante los demás. Buscan la validación de otras personas porque solo a través de esta seguridad externa sienten que valen algo.
Todo el mundo intuitivamente trata de proteger su autoestima. Si esto no tiene éxito, hay dos reacciones posibles:
- “Es mi culpa” (con auto-reproche y vergüenza) y
- “La culpa la tienen los demás”.
Esto último puede hacer que una persona con baja autoestima sea agresiva con los demás y presente comportamientos antisociales.
Ambas formas de falta de autoestima tienen en común que los afectados perciben con más fuerza sus debilidades que sus fortalezas. En muchos casos no pueden disfrutar de su éxito. La confirmación positiva de otras personas puede aumentar la autoestima de los afectados y llamar la atención sobre las debilidades reales o percibidas.