Son millones de hogares en el mundo los que deciden tener como mascota a un gato. Este felino rodeado de un aire de misterio y grandiosidad, anima a muchísimas personas a tenerlo en el hogar; sin embargo, la experiencia no siempre resulta color de rosa, especialmente si el gato se muestra arisco y renuente a llevarse bien con las personas u otros animales.
Lamentablemente, a raíz de los problemas asociados a la socialización, son millones de gatos los que terminan abandonados o en un refugio; lo que es completamente injusto, pues con un poco de paciencia y poniendo en práctica algunos consejos, la convivencia con un gato, será una de las más enriquecedoras experiencias para los seres humanos.
Factores decisivos del temperamento del gato
Los gatos desarrollarán un temperamento diferente según el tipo de carácter que tenía el padre, la alimentación que tuvo la madre durante la gestación, el periodo de socialización con su madre y hermanos y la alimentación recibida durante sus primeros meses de vida.
Tenemos, pues, así, un cóctel que dará como resultado el temperamento que tendrá el gato una vez que llegue a tus manos. Un animalito producto de la monta de un macho agresivo, cuya madre tuvo una alimentación insuficiente, que fue separado de su madre y hermanos antes de tiempo y que además ha sido mal alimentado en sus primeras semanas, será, por supuesto, un animal desconfiado y más preocupado en sobrevivir que en llevarse bien con el entorno.