El gecko leopardo se ha convertido en una mascota cada vez más frecuente en los hogares. Gracias a su fácil manutención y a lo exótico de sus rasgos, este simpático réptil es el favorito de quienes buscan una mascota de tamaño pequeño que no requiera de excesivas atenciones.
Contrario a lo que muchos puedan llegar a pensar, el gecko leopardo es muy dócil, se deja tomar y acariciar, y puedes tenerlo bajo tu observación en pequeños espacios controlados para compartir significativos instantes. Si tienes uno o planteas tenerlo, conoce cuáles son los cuidados que requiere para que no enferme y goce de excelente salud en casa.
Conoce un poco más al gecko leopardo
Existen en el mundo distintos tipos de gecko, y cuando hablamos de gecko leopardo, nos referimos al que pertenece a la familia Eublepharidae. Estos reptiles se consiguen con facilidad en todo Oriente Medio, ya que son originarios de zonas semidesérticas.
Con una cola que representa hasta ⅓ de su longitud total, el gecko leopardo puede llegar a medir desde 15 hasta 30 cm y una de sus características más curiosas, es que esa larga cola la puede desprender cuando se encuentra en situaciones de peligro.
La coloración del gecko leopardo es típicamente amarillenta y con manchas pardas; sin embargo, es posible conseguir ejemplares con otros colores, producto de la crianza en cautiverio.
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