El parto es la culminación de nueve meses de espera por un bebé y para muchas mujeres, este es uno de los momentos más importantes de la vida. El segundo trimestre es el momento perfecto para comenzar una preparación para el trabajo de parto reflexiva y estructurada, ya sea que ya seas mamá o estés dando a luz por primera vez.
El médico seguramente te dará la fecha prevista de parto en la primera visita, que se marca sobre la base de tablas médicas especiales e imágenes obtenidas durante el examen de ultrasonido. Por supuesto, esto es solo una aproximación: es imposible decir exactamente cuándo nacerá el bebé.
Mientras esperas que nazca tu bebé, puedes seguir el desarrollo y crecimiento del mismo en tu barriga. Pensando en ti, hemos preparado una especie de guía que puede ser una herramienta muy útil.
Este artículo te permitirá prepararte adecuadamente para el parto semana tras semana. Es cierto que en el segundo trimestre no necesariamente tienes que pensar en qué llevar al hospital para el parto, pero puedes ir planificando algunas actividades y, sobre todo, prepararte anímicamente para ese día.
Ventajas y desventajas de un parto familiar
Si no has discutido este tema con el papá del bebé antes, vale la pena considerar si está interesada en el parto familiar. Cada vez más hombres acompañan voluntariamente a sus parejas en la sala de partos: quieren apoyarlas y motivarlas, así como simplemente estar presentes en el nacimiento de su bebé.
La ayuda práctica del futuro padre también es muy importante: puede darte agua, limpiarte el sudor de la frente, masajear tu columna dolorida, apoyarte mientras caminas por la habitación… Su presencia puede ser realmente invaluable.
Por otro lado, hay hombres que temen los hospitales, la vista de los médicos y la sangre. Si tu pareja tiene los nervios débiles, puede ser mejor que se quede en el pasillo del hospital o en casa. Por supuesto, también puedes tener algunas dudas: si la presencia de tu pareja te avergüenza, piensa en el apoyo de otras personas cercanas a ti.
Puede ser tu madre, una hermana o una amiga de confianza. Sin embargo, lo mejor es tomar la decisión de tener o no un parto familiar junto con tu pareja. Además, recuerda que también está la opción de utilizar los servicios de una doula.
Si tienes mucho miedo de dar a luz, podrías considerar usar una doula para que te ayude, como hemos mencionado en el párrafo anterior. Esta es una mujer experimentada cuya tarea es asistir y apoyar a la mujer durante el embarazo, el parto y el puerperio. Tiene las habilidades apropiadas para hacerlo, además de que brinda buenos consejos y ayuda.
¿Cuándo ir a una escuela de maternidad?
Las escuelas de maternidad son cada vez más populares en varios países del mundo. Durante las clases podrás conocer el proceso exacto del parto, cuáles son sus fases, cómo puedes aliviar de forma natural los dolores del parto, cómo cuidarte a ti y a tu bebé en los primeros días después del parto, y cómo preparar el cuerpo para ese momento.
Además de toda esta información práctica, puedes encontrar muy valioso el apoyo psicológico que recibes de las clases prenatales y de otras futuras madres. ¿Cuándo exactamente deberías ir a la escuela de maternidad? Hay lugares que incluso ofrecen clases a mujeres en las primeras semanas de embarazo.
Si las clases teóricas se combinan con gimnasia para mujeres embarazadas, generalmente están destinadas a mujeres desde el comienzo del segundo trimestre del embarazo. De esta manera, en la mayoría de los casos, desaparecen las dolencias más difíciles del embarazo (fatiga, náuseas, vómitos) y la futura madre se siente bien y tiene la energía para asistir regularmente a las clases.
¿Cómo prepararse para el parto? Consejos prácticos
La preparación para el parto también debe incluir otras cuestiones más realistas. Si deseas renovar tu apartamento, necesitas una renovación de la habitación de los niños o reparaciones menores, ocúpate de ello ahora.
Te sentirás a gusto con la idea de que después de dar a luz te espera un apartamento repintado, una habitación preparada para un bebé o un baño que no gotea del grifo. Habla con tu pareja sobre cómo compartirán el cuidado del bebé: tal vez el padre del niño quiera tomar una clase de paternidad.
Completa los resultados de todas las pruebas de forma continua; es mejor si los guardas en un maletín, que puedes llevar contigo al hospital en cualquier momento. Cuando llegue tu fecha de parto, seguramente no será el mejor momento para andar buscando documentos.
Todavía estás a tiempo de hacer la maleta, pero por supuesto puedes ir pensando poco a poco en completar la canastilla para ti y tu bebé. Si no tienes la mayoría de las cosas que necesitarás, escalonar los gastos con el tiempo puede beneficiar el presupuesto de tu hogar.
Una buena preparación para el parto, tanto emocional como relacionada con cuestiones más mundanas, hará que estés tranquila, serena y lista para dar la bienvenida a tu bebé al mundo.