Los cafés negros sin aditivos tienen el valor energético más bajo. Independientemente de si elegimos café solo, instantáneo o espresso, aportaremos poca energía. Así mismo, el americano, el más consumido, que se realiza agregando agua a un espresso doble, también proporciona pocas calorías.
En cambio, la adición de leche, nata o almíbar hace que el café sea más calórico. El café mediano con leche aporta unas 140 calorías. Si lo bebemos una vez al día, no tendrá un efecto significativo en nuestra figura. Sin embargo, beber unos cafés con leche durante el día puede enriquecer nuestra dieta con cientos de calorías extra.
¿Entonces, se puede subir de peso con el café?
Ya sabemos cuántas calorías tiene el café, según el método de su preparación y los aditivos que se utilicen. Pero, ¿qué significa esto en la práctica dietética? ¿Puede el café ser un obstáculo para perder peso?
Vale la pena recordar que estamos engordando por un excedente de energía. Esto quiere decir que nuestro cuerpo empieza a almacenar grasa cuando nos mantenemos en un balance energético positivo. Esto sucede cuando aportamos más energía con los alimentos de la que gastamos. Estar en superávit energético hace que veamos cada vez más valores en la balanza. El requerimiento energético promedio de un adulto es de 2000 kcal.
Teniendo en cuenta que aportamos a nuestro cuerpo tantas calorías contenidas en las comidas y además bebemos café helado con almíbar todos los días, debemos ser conscientes de que consumimos unas 2500 kcal al día.
Beber café de vez en cuando no afectará negativamente su dieta en general. Sin embargo, si consumir café con añadidos se convierte en un hábito, podemos esperar un aumento de peso. Además, beber café a menudo va acompañado de dulces o postres.
¿Qué café debo elegir?
La opción energética más ventajosa es el café negro. Independientemente de si elige café molido, espresso o americano, beberlo no afectará negativamente a su dieta. Además, según estudios realizados, el consumo moderado de café puede traer muchos beneficios. Por ejemplo:
- El consumo moderado de café (3-5 tazas al día) reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Curiosamente, consumir grandes cantidades de café (más de 6 tazas) no aumenta el riesgo de padecer estas enfermedades.
- Las personas que consumen al menos 1 taza de café al día tienen un 11 % menos de riesgo de desarrollar diabetes que las personas que no beben café.
- El consumo de 3 tazas de café al día puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson en un 25 %.
- El consumo regular de café puede prevenir el desarrollo de enfermedades neoplásicas.
- Si no te gusta el negro “puro”, y te preocupan los efectos de la dieta, recuerda incluir su valor calórico.
Para reducir el valor energético del café, puedes:
- reemplazar el azúcar con un edulcorante, por ejemplo, eritritol o xilito.
- cambiar la leche alta en grasa por leche descremada o una bebida a base de plantas.
- no agregues almíbar, helado o crema.
- reduce la cantidad de café consumido con aditivos a favor del café clásico.