La garrapata es uno de los principales parásitos que amenazan la vida cotidiana y la salud de los perros criados en casa. Además de que la infestación es molesta para el animal, también puede transmitir la enfermedad de la garrapata, que, de hecho, puede manifestarse en el cuerpo del animal de cuatro formas diferentes. Los síntomas de la enfermedad de las garrapatas son la primera forma de identificar lo que le ocurre a tu cachorro. Para aclarar todas las dudas sobre la enfermedad de la garrapata en los perros, sigue leyendo.
¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad que causan las garrapatas en tu mascota?
Después de la infestación por garrapatas, los padres de las mascotas tienen que estar atentos a algunos puntos específicos, como las mucosas (encías y parte interna de los ojos): si están rosadas o blancas si están blancas es porque el animal ya está con algo. Además, el perro con la enfermedad de la garrapata tiene falta de vitalidad y ya no quiere correr, ya no quiere jugar o incluso juega, pero durante menos tiempo; tiene falta de apetito, vómitos, petequias (que son puntos rojos extendidos por el cuerpo) y hemorragias nasales sin haber sufrido ningún accidente.
¿Pueden variar los síntomas según la bacteria responsable de la contaminación? Diferentes variantes de la enfermedad
La garrapata transmite cuatro enfermedades diferentes, siendo las dos más comunes y famosas: la babesiosis y la erliquiosis. Los síntomas son similares y la gran diferencia es que no todos son causados por bacterias, sólo la erliquiosis. La Ehrlichia canis entra en las células a través del torrente sanguíneo y acaba en los pequeños vasos del animal, provocando una vasculitis. Esto «activa» el sistema inmunitario del animal para que se defienda, pero el propio organismo no puede contener esa infestación ni combatir la erliquiosis. Es entonces cuando el animal tiene fiebre, falta de vitalidad, falta de apetito y otros síntomas.
La babesiosis, por su parte, está causada por un protozoo. También permanece en el torrente sanguíneo, pero la Babesia actúa dentro del eritrocito, que es el glóbulo rojo joven. Con el protozoo dentro, el glóbulo rojo deja de transportar nutrientes y oxigeno a los tejidos. Con ello, el animal tendrá fiebre, petequias, hemorragia nasal y otros síntomas.
Además de estas dos enfermedades más comunes, la garrapata también transmite la Borrelia y la Rickettsia, que tienen síntomas muy similares. Las cuatro presentaciones de la enfermedad sólo pueden diferenciarse mediante análisis de sangre.
¿Cómo se trata al cachorro con garrapatas que no quiere comer?
Por lo general, los cachorros carecen de apetito porque se ponen de mal humor y tienen náuseas cuando están enfermos. Estimular ese apetito, mimar al animal en ese momento puede ser un peligro, porque acabamos ofreciendo tonterías, como un trozo de pan o un plato de comida. Hoy en día, disponemos de grandes nutricionistas veterinarios que dan dietas caseras a los animales que están en convalecencia para mejorar más rápidamente y estimular el apetito. Otro cuidado que debe existir con el perro enfermo tiene que ver con el ofrecimiento de alimentos hipercalóricos, que hacen que el animal engorde en lugar de nutrirse.
Aparte de los síntomas, ¿hay alguna otra forma de confirmar el diagnóstico de la enfermedad de las garrapatas en un perro?
Los síntomas, de hecho, sirven para mostrar que el animal está con algo, pero todavía no sabemos qué. Si tuvo una garrapata y se puso malhumorado, no quiere comer y tenía puntos rojos en la barriga, ¿puedo decir que es babesiosis? No. Solemos pedir un hemograma, un examen bioquímico, una radiografía y una ecografía. Para completar el diagnóstico, son necesarias pruebas como la UPCR y el ELISA, que son muy específicas e indican si el animal ha tenido contacto con estos agentes.
Cuando pedimos un análisis de sangre, un hemograma o una bioquímica, una ecografía o una radiografía, la intención es evaluar la extensión de la enfermedad. Mucha gente puede pensar que no hay necesidad de otros exámenes cuando uno ya es suficiente para saber qué tiene el animal, pero es necesario conocer la extensión del daño que ese agente hizo en el organismo del perro. Los exámenes también sirven para un seguimiento a mitad y al final del tratamiento, dejando a todos tranquilos al saber que el animal ya está bien, sin ninguna infestación.